Escaladas Memorabless de la Patagonia

Escaladas Memorabless de la Patagonia

Durante los meses de diciembre, enero y febrero del 2022, junto a Miguel Bohem, Francisco Galilea, Patricio Díaz y Cecilia Larroulet, estuvimos viajando por algunos lugares para realizar ciertos proyectos de escalada en donde Pato y yo estábamos de fotógrafos.

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Partimos en Cochamó, donde estuvimos tres semanas con la idea de que Miguel y Francisco liberaran la ruta “La manos del día” en el Cerro Trinidad. Luego fuimos a la patagonia argentina al pueblo Chaltén, donde se ubica el famoso cordón del Fitz Roy y el del cerro Torre. Acá nos quedamos casi dos meses para aprovechar bien las ventanas y poder realizar los proyectos de cada uno. Pero el propósito principal era que Miguel y Francisco lograran la cumbre del Fitz Roy.


En estos tremendos lugares aproveché de escalar ciertas rutas que hace un tiempo estaba pensando y que eran una buena opción para mi. Con el fin de aprender más sobre la escalada tradicional y de grandes paredes. Para escalar en estos paredones, son muchísimas las cosas que hay que saber y yo estaba con muchas ansias, ganas de aprender y de llenarme de conocimiento. En cochamó escalé con Miguel en el trinidad dos rutas distintas y aprendí muchísimo. Siempre me he sentido muy cómoda escalando con él asique aproveché de escalar varios largos yo, que eran muy desafiantes para mi. Después de estos pegues fuí con la Ceci a escalar en la pared del gorila. Fue más aventurero ya que era primera vez que escalabamos solas las dos en una pared, sin mucha experiencia previa en rutas de este estilo, y a diferencia de la escalada con Miguel, acá las dos teníamos que resolver los problemas solas. Aunque no pudimos terminar la ruta, fue una tremenda experiencia, el ponerse a prueba y desafiarnos nos enriqueció muchísimo, y nos motivó a seguir intentando después en la patagonia.



Cuando llegamos al Chaltén, después de que hicieran cumbre en el Fitz, fui a escalar con Miguel en la ventana siguiente la aguja Guillaumet, que pertenece al mismo cordón del Fitz Roy. Acá la cosa fue mucho más desafiante. Las aproximaciones eran más largas, con más peso y el clima más patagónico. Escalamos por la vía “Brenner”, una muy linda ruta con algunos largos de fisuras y otros más de navegación. Personalmente soñaba hace mucho escalar en esta pared, había leído harto sobre esta montaña y visto varios videos, al final siempre me preguntaba si es que lo lograría. Fue muy gratificante llegar a la cumbre después de haber pensado tanto tiempo en ese momento, además de lo que significó observar estos tremendos e imponentes paisajes que ofrece la escalada en Patagonia.


Para la última ventana de nuestra estadía fuimos con Ceci y Lucía, una escaladora argentina, a escalar en la Aguja de la S. De la misma manera que fué con Ceci en Cochamó, no teníamos mucha experiencia en estos terrenos mixtos, era una aventura y escenario nuevo para nosotras. Acá nos equivocamos de ruta, no pudimos seguir asique tuvimos que bajar. De todas formas fue una tremenda experiencia y aprendimos mucho, ya que tuvimos que hacer cosas que nunca habíamos hecho como aproximar por glaciar, cruzar grietas y abandonar ciertas cosas para crear nuestros rapeles.



El vivir estas experiencias en estas paredes me llenaron de motivación para seguir aprendiendo, y seguir yendo a la montaña. El conectarse con la naturaleza en estos lugares tan aislados y puros, hacen cuestionarse muchas cosas y querer aspirar siempre a ser mejor en todo sentido. Lo que también hizo motivarme más con la fotografía y seguir persiguiendo los sueños que quiero y aspirar a nuevos proyectos desafiantes.



Texto por: Catalina Claro
Fotos: Catalina Claro y Pato Díaz

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